MI CASA
Mi casa presenta una fachada blanca y relimpia. Es acogedora y, aunque se cuida de extraños, siempre tiene la puerta abierta y las persianas levantadas.
En invierno el muro gordo y alto la protege de las inclemencias y abriga su interior. En verano los toldos sombrean la verticalidad del astro rey, que juega a colarse por las rendijas iluminándolo todo.
Dicen mis amigos que cualquier tiempo pasado fue mejor. Me lo recuerdan también las fotos, las canciones y los vídeos que atraviesan los resquicios umbríos.
Mi casa no existía entonces, al menos no como ahora; con su muro alto, su toldo fuerte y todas las sombras y luces que la han visitado.
No me cuentes milongas, no me saques la lágrima ni me hagas reír. Ahora es el momento. Mi casa es tu casa y mi corazón. Ni mañana ni ayer, ¡hoy, coño! ¡Qué no te enteras, cabezón!