Je suis désolé! (3)
«¿Qué es el presente? El presente es un pasado dilatado». Así iniciaba el freetour de Montmartre, delante del mítico Moulin Rouge, Jonathan Lancheros, un historiador ‘sensible’, natural de Bucaramanga, Colombia, que nos paseó e ilustró por el barrio donde se consagró Pablo Ruiz Picasso en el Bateau-Lavoir.
Mucha información en muy poco tiempo, durante una mañana parisina, fría y lluviosa, que ahora proceso y empiezo a comprender.
Picasso inició su etapa azul después del suicidio de su íntimo amigo Carlos Casagemas, que había enloquecido de amor —no correspondido— por la modelo Germaine Pichot, a la que trató de matar de un disparo fallido tras el que se descerrajó un tiro en la sien que terminó con su breve vida artística, a los veinte años.
Viajes, aventuras, alcohol, lujuria… Un cóctel explosivo, en los albores del siglo XX, que cambió el rumbo de la vida del malagueño y el del arte universal. La historia de dos chavales ambiciosos que pretendían conquistar el epicentro del viejo mundo y cuyo cronista fue —mira por dónde— el escritor y secretario personal de Picasso, Jaime Sabartés.
Señales y datos que he seguido desde pequeño y que renuevo en la ciudad de la luz, en este camino de aprendizaje, que no termina —por fortuna—, que se dilata y enriquece, que a veces se desvía, que, otras, te hace vibrar de emoción y que, por fin, en la colina de Marte después de empaparnos de agua, historia y cultura, culminamos en la basílica del Sagrado Corazón, símbolo del más puro amor, que nunca dice basta.
¡Que así sea por siempre!