HASTA EL DOMINGO QUE VIENE
Ya lo he escrito todo.
«Ya no me queda nada más que contar», pienso y voy repasando lo imaginado y relatado. Incluso releo algún texto para no repetir aquella anécdota tan simpática o una historia que me contara don Enrique.
«¿De qué modo os sorprendo a los que me seguís? ¿Qué saldrá esta semana de mi cabeza para atraer a nuevos lectores?», sigo rumiando…
El pánico al papel en blanco surge cada vez que me meto en la faena literaria. Lo suelo superar con mayor o menor éxito, pero esta vez no me sale na. Me duele el talento, estoy saturao…
Escribir es comparable a sumergirse en un fondo coralino, multicolor, precioso, pero también perturbador, ajeno y peligroso. Lo que tiene de introspección también lo lleva de dubitativo.
No me hagáis demasiado caso o sí. ¡Qué sé yo!
Bueno sí, una cosa os cuento, que la nueva novela va cogiendo cuerpo y que dentro de muy poquito sacaremos otro libro de relatos ilustrados que me tiene loco.
¡Anda!, a lo tonto por aquí hay tinta. Uf, qué colgaera más grande llevo en lo alto. Mejor me tomo un tinto antes de que me deis puerta.
Lo dicho, por favor, estad pendientes, amados lectores, que en breve publicamos.
¡Hasta el domingo que viene!