Skip to content Skip to footer

EL QUE NO APOYA…

 

Salió muerto de risa del restaurante. Pasaba de los gestos y supersticiones que existen alrededor del vino, y que la pareja de al lado no dejó de repetir durante la cena.

—Si el tinto está picado lo devuelvo, pero qué tontería catarlo antes de servirlo —le dijo a su mujer al subir al coche—. Y lo de mirarse a los ojos al brindar; otra soplapollez —siguió relatando—. ¡¡Vamos, vamos!! ¿Has visto cuando han entrelazado los brazos para tomar el cava?

Así siguió todo el camino, ridiculizando a los enamorados.

Ella lo observaba impávida y expectante.

Al llegar, quiso practicar sexo no consentido, que ella, como siempre, soportaba junto al resto de humillaciones.

Algo falló en su virilidad. Un sudor frío le invadió y la garganta se le cerró. Estaba paralizado de pies a cabeza. Miró a su mujer en busca de auxilio. Ella esbozó una sonrisa y giró la muñeca de la mano derecha hacia el dorso, como si sirviese vino de una botella. Con aplomo y antes de que él cayese sin vida, le mostró el anillo que contenía el veneno que vertió en su última copa.

—Querido, ya sabes: «el que no apoya…».

Jaime Sabater Perales

Newsletter

Suscríbete y conoce las novedades

[mc4wp_form id="461" element_id="style-6"]

Jaime Sabater © 2024. Todos los derechos reservados. | Diseño y Desarrollo por BrandMedia | Política de Privacidad y Cookies