EL HERMANO
El otro día, en una barra cervecera del barrio de Los Remedios, mientras le entregaba su ejemplar de ‘No busques más, que no hay’ a mi querido Salvador Suárez, entraron cuatro chavales en chándal a saludar a su profe de mates.
Salva, otro loco que, sin tiempo alguno en su ajetreada agenda de docente,…
EL CALLO
Cada vez me duele menos la rodilla derecha. Se ve que la artroscopia del menisco externo fue propicia y, aunque la molestia de vez en cuando aflora, apenas experimento dolor ni cojera alguna. De la espalda más de lo mismo, a pesar de alguna recaída por exceso de impacto o por mi natural…
RESACÓN EN EL GUADALQUIVIR
«Río de mi Sevilla no te entretengas, que te espera en Sanlúcar la mar inmensa», decía Manuel Molina por boca de su mujer Lole Montoya. ¡Casi na!
Me he entretenido seis días hasta llegar aquí para respirar a sal y buscar descanso. Una semana entera de algarabía y comunión, de dar a…
EL SÍNDROME DEL OFICINISTA
—Jaime, los vuelos del domingo son caros o tienen escala.
—Ok, ciérrame el del lunes a la una y media canaria y trabajaré esa mañana desde el hotel —le dije a la chica de la agencia de viajes, cuando decidí, casi de improviso, que pasaría el fin de semana en Las Palmas.
Y…
SELECCIONES
En la presentación de «Mis relatos favoritos», Salvador me preguntó por mis referencias literarias. Hoy, sin la presión de una sala más que abarrotada y un tiempo limitado, mi mente viaja por los rincones de la memoria con más soltura.
La casa del Prado estaba atestada de libros de pasta dura en edición de lujo…
LA LUZ
La luz naranja iluminó, durante un tiempo, de forma muy tenue, el cuarto de baño pequeño. Lo suficiente para que él se levantara de noche.
Su madre había barajado mil opciones. Le quitó el vaso de agua de la mesilla de noche, le daba de cenar muy temprano, lo levantaba a medianoche para que…
LA CASA DE CARTÓN
—Mami, aquí podemos vivir los dos —dijo Pepe, aquel 16 de febrero de hace tanto tiempo, metido en una caja de cartón.
Ella apretó los dientes, aguantó otra vez las lágrimas y se perdió por la calle con una maleta ligera de ropa y cargada de dolor.
Al poco tiempo, Pepe cumplió siete…
CIEN
Cuando falleció su padre comprendió que seguirían juntos para siempre, aunque sin vuelta atrás. Desde entonces, comenzó a llevar la cuenta al revés. «¿Cuántos me quedan si tengo treinta?».
Los muertos le aportaban vida. Suponían abono para su conciencia, la entrega a un tránsito sin reproches, ya con cincuenta.
Cumplió sueños y dejó escapar otros. Con…
REPELUCO
Dos bustos de una pareja africana esculpidos en ébano adornaban el tocador del dormitorio inglés de mis padres. Mi madre usaba el de ella para colocar los collares y peinar las pelucas, muy de moda en los setenta. Las caras eran tan realistas y el color tan negro, que me generaban cierto desasosiego mirarlos…
MOMENTO DE INSPIRACIÓN
La vieja máquina Singer, con un motor adaptado para no tener que coser a pedal, compartía espacio con el Power PC de Macintosh en aquella habitación multiusos: el socorrido cuarto de la plancha. También sirvió —para exasperación de mi madre— de cuarto oscuro, en el que instalé la ampliadora Opemus y las…
AQUELLA EXTRAÑA SEÑORA
Más que de un armario empotrado, se trataba de una habitación entera repleta de cosas que olían a naftalina.
Cuando invadimos la casa de la abuela, el cuarto de servicio en el que vivió Lupe (la adorable tata que crió a mi madre y, casi, a todos nosotros) pasó a ser el dormitorio…
PUSH & PULL
Noviembre ha pasado volando.
Tendría veinticinco años cuando cogí mi primer avión. Me tocó ventana. Desde entonces trato siempre de elegir asiento con ventana sin tener que pelearme con mis hermanos, como ocurría en los viajes en el coche de papá.
Aquel primer vuelo fue muy emocionante y lo pasé pegado al vinilo empañado,…